La ruta de Las Puentes de Malpaso que os traemos en esta ocasión va directa para el top de mejores rutas de senderismo en León, junto a la Cascada de la Fervencia y el resto que os contamos ahí.
¿La razón? Pues porque es una pasada. La tenemos cerquita de Foncebadón y nuestro restaurante medieval. Nos habían hablado muy bien de ella, y ahora que la hemos hecho, efectivamente, confirmamos que merece mucho la pena.
Pero antes de entrar en materia pura y dura, veamos una radiografía general de lo que os vais a encontrar, por qué ese nombre, sus tintes históricos y demás.
❓ Información General Puentes de Malpaso
En resumen, la Ruta de Las Puentes de Malpaso está en pleno Bierzo, saliendo desde la preciosa localidad de Molinaseca (muy cerquita de Ponferrada) hasta Riego de Ambrós, y la cual transcurre todo el tiempo por pequeños senderos rodeados de bosque, con vistas estupendas y siempre acompañados de agua (el Río Grande y Pequeño que confluyen en el Meruelo).
Además durante el recorrido, nos encontraremos con dos puentes, todo apunta que de origen romano, la Puente Pequeña y la Puente Grande, seguramente usados por los romanos para salvar los arroyos Grandes y Pequeño y comunicar El Bierzo por la Vía Augusta con las antiguas explotaciones auríferas de las Médulas.
Con posterioridad, ya en la Edad Media, ambos puentes habrían seguido usándose, por comerciantes y peregrinos para llegar a El Bierzo aprovechando esta ruta y así evitar las cumbres del valle.
Por otro lado sabemos que el mítico guerrillero Girón y sus hombres usaron toda esta zona escarpada a modo de refugio y actuaron en pueblos bercianos como Castropodame o Vega de Espinareda. Es más, justamente en una de las cuevas cercanas a la Puente Grande fue donde murió, asesinado por un traidor infiltrado en la guerrilla para obtener la recompensa que la Guardia Civil puso a su pellejo.
Ah! Y seguro que también te estás preguntando porqué se llama LAS puentes de Malpaso, y no LOS puentes de Malpaso. La explicación es que en latín puente es «pontis» y antiguamente se usaba en femenino, «la pontis», y la denominación ha perdura hasta nuestros días.
Así que vas a pisar una ruta de siglos, ya caminada por romanos, perseguidos y peregrinos en su travesía a Santiago, con vetustas construcciones, en un entorno natural precioso, grandes vistas y ríos. Disfrute asegurado.
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🌄 Ruta Puentes de Malpaso
A continuación os dejamos los datos técnicos de la Ruta de Las Puentes de Malpaso y el itinerario detallado para que la puedas hacer sin problemas.
En resumen se trata de una ruta circular, de unas cuatro horas de recorrido, con una complejidad media-baja, que une Molinaseca con el pueblo de Riego de Ambrós. Eso sí, si no dispones de tanto tiempo, o prefieres acortarla por otros temas, puedes hacerlo sin problema como veremos.
➡️ Datos técnicos
Tipo de recorrido: | Circular |
Punto de partida/llegada: | Molinaseca |
Longitud: | 12 km |
Duración: | 4 horas |
Tipo de camino: | Senderos entre bosques |
Dificultad: | Media-Baja |
Época aconsejada: | Todo el año |
Altitud máxima: | 900 metros |
Altitud mínima: | 580 metros |
➡️ Itinerario Puentes de Malpaso
Como os comentábamos, lo primero es llegar a Molinaseca, emblemático pueblo que no puedes dejar de visitar, situado muy cerca de Ponferrada.
Una vez en Molinaseca, aparcamos por las inmediaciones del puente de los Peregrinos (está junto a la carretera). Ya a pie hay que cruzarlo, dirección a la iglesia de San Nicolás, en la parte alta del pueblo. Un poco más adelante verás el indicativo del inicio de la ruta, un sendero de tierra ascendente.
Empiezas a caminar, y a raíz de aquí te sumerges en plena naturaleza, paseando a través de un sendero estrecho pero sin mucha complicación.
Hay pocas señalizaciones en general, pero todo el camino, hasta llegar a Riego de Ambrós, es muy intuitivo. Tuvimos siempre la ayuda de sentir y ver el río en nuestro lado izquierdo, el cual se hallaba debajo, habiendo un gran desfiladero entre el río y el caminante.
Es por ello que hay que ir sabiendo donde pisas, con cuidado de no tropezar, porque la altura no es precisamente pequeña, pero no entraña gran dificultad.
Unos 2 kilómetros después, llegas al primer puente, llamado “La puente Pequeña”, con un arco apuntado y una luz de 8,60 metros.
El recorrido se hace muy ameno, con subidas y bajadas más o menos llevaderas, y el paraje es digno de foto y un pequeño descanso.
Poco después aparece “La Puente Grande”, formado por un arco de medio punto con una luz de 9,85 metros. Aquí aprovechamos para comer el bocadillo y disfrutar de la tranquilidad que allí se siente, al lado del río, con la sombra de los árboles y el sonido de los pájaros.
Sin duda, si lo programas para ruta de día entero y no de mañana, aquí puedes aprovechar para pasar un buen rato, hay sitio suficiente para varias personas y piedras para poder sentarte.
Llegados a este punto puedes continuar el camino hasta Riego de Ambrós o darte la vuelta, lo cual es válido y acorta la ruta.
Nosotros decidimos seguir hasta Riego. Esta parte del camino se convierte más cuesta arriba, con algo más de complicación quizá, y un terreno más pedregoso, con piedras grandes por las que subir, dejando atrás el sendero de tierra sin complicación.
No hay lugar a dudas en todo el trayecto salvo justo antes de llegar a Riego. Te encontrarás con dos opciones: un palo que te indica ir hacia la derecha, y un camino que sigue de frente. Como no sabíamos muy bien qué camino escoger, cogimos el que sigue de frente.
Yendo por aquí, subes una cuesta y, una vez llegado al alto, ves en frente de ti Riego de Ambrós. A mano izquierda se alza un camino de tierra muy goloso, por el que tengo entendido que mucha gente acaba perdiéndose, ya que por la visibilidad que tiene y la dirección en la que va, apunta a que la ruta sigue por ahí, pero no es así.
Has de seguir por el camino del que vienes, llegando hasta el pueblo (no tiene pérdida). Por cierto, Riego de Ambrós es un pueblo que no conocíamos y tiene un encanto especial, así como fuente con agua potable.
En seguida ves las indicaciones con los carteles típicos del Camino de Santiago, amarillos y azules, flechas amarillas… No tiene pérdida, y sigue siendo un trayecto lleno de encanto, dirigiéndote más cuesta abajo sobre un terreno pedregoso pero que con atención, resulta fácil de hacer.
Terminamos en Molinaseca de nuevo, con un trayecto total de 11 kilómetros, cuatro horas aproximadamente de ruta, y una sensación maravillosa en el cuerpo, además de cansancio, claro.
Nosotros elegimos esta ruta para hacerla antes de comer, pero insistimos, es una ruta que según lo que se elija y con quien se vaya, se puede programar para pasar el día entero.