«Puag, es que a mí el hígado encebollado no me gusta!» Si has llegado hasta aquí, en alguna ocasión escuchaste esa frase, o incluso tú mismo lo piensas. Pues justamente te traemos una receta de hígado encebollado para todos los públicos.
Existen diversas formar de cocinar el hígado, todas muy ricas, pero si en tu casa no estáis acostumbrados a degustarlo, esta receta es la mejor opción por donde empezar: queda un plato muy jugoso, aún más nutritivo, y perfecto para toda la familia porque no es nada fuerte (sí sí, ideal si hay niños).
Básicamente es la receta tradicional de hígado encebollado, con algún que otro truco para que quede muy suave, por eso es muy importante que sigas todos los pasos y en su orden.
Pero no te asustes, como verás su preparación es muy simple y rápida (sólo hay que estar un poco al loro para que el hígado quede en su punto), con ingredientes que siempre están a mano, y sale muy económica.
Sin más dilación os dejamos con la receta de hígado encebollado paso a paso y los ingredientes. Al final también ponemos algunas preguntas típicas, consejos, posibles acompañamientos y demás. Al lío!
Receta de Hígado Encebollado
Seguido tienes los pasos concretos para hacer este rico hígado encebollado y los ingredientes. Como con casi todo en la cocina, puedes experimentar o sustituir determinados elementos.
Lo único que sí hay que cumplir a rajatabla es el paso del salteado-cocinado del hígado en sí. Ahí pon especial cuidado que sino no quedará como buscamos: con un sabor suave.
Hígado encebollado
- 1 kg Hígado de ternera (filetes finos)
- 400 ml Caldo de carne
- 20 ml Vino oloroso (cualquier jerez)
- 4 Dientes de ajo
- 2 Cebollas
- 2 Cucharadas de harina
- Perejil fresco
- Sal
- Aceite de oliva
- Ponemos la sartén a fuego medio-alto, echamos un chorrito de aceite, añadimos la cebolla y la pochamos. Metemos también los ajos cortados (no muy pequeño).
- Mientras se pocha la cebolla, picamos los filetes de hígado en dados pequeños. Lo salamos al gusto (un pelín de pimienta negra también le va de lujo).
- Este es el paso más importante. Retiramos de la sartén la cebollada pochada con los ajos. En esa misma sartén, con un poco de aceite, y estando bien bien caliente, echamos el hígado cortado en tacos y con cuidado lo esparcimos por toda la superficie de la sartén. NO moverlo mucho. El objetivo es que se sofría bien sin soltar agua.
- Cuando los dados de hígado ya estén doraditos, añadimos de nuevo la cebolla y los ajos a la sartén y lo mezclamos todo.
- Para finalizar, una vez mezclado el hígado encebollado con la salsa, que os explicamos cómo hacer seguido, sólo falta añadir el perejil picadito, el vino oloroso, mezclar y darle el último golpe de calor a todo junto (nada, medio minuto a fuego bajito). Retirar y servir.
La salsa
- En la misma sartén apartando la mezcla a uno de los lados, o en otra si te es más cómodo, echamos un poco de aceite y la harina. Fuego no muy fuerte. Mezclamos.
- Cuando la harina esté tirando a amarilla, añadimos el caldo de carne y mezclamos todo.
- En el momento en que la salsa ya esté espesita, mezclamos todo (la salsa con el hígado encebollado).
- Sartén
- Cuchillo de cocina
- Paleta de madera
- Insistimos, es importante pochar la cebolla y luego saltear el hígado por separado. Cambio mucho el plato si se hecha todo al mismo tiempo o no.
- Otra de las claves también es lo que decíamos de que en el momento de cocinar el hígado, la sartén este bien caliente, echarlo bien repartido y no andar dándole muchas vueltas.
- El perejil mejor no cortarlo muy muy fino.
- Para que el hígado quede aún más suave, un truquito es meterlo un poco en leche.
- Puedes usar perfectamente otro tipo de hígado, por ejemplo de pollo. Eso sí, ten en cuenta que el de cerdo es más fuerte que el de ternera o de aves.
Hígado encebollado, receta Asturiana (y otras)
Cómo decíamos, el hígado encebollado es una receta tradicional en muchos puntos de España, por lo que existen diversas formas de hacerlo (tantas como zonas, o casi hasta casas).
Por ejemplo, una de las más conocidas es la receta de hígado encebollado a la asturiana. Aquí la tenéis paso por paso, pero básicamente es casi igual a la que os hemos explicado, con la diferencia de que no le hacen la salsita y lo más diferenciador es que le meten pimentón.
También tenemos la receta gallega de hígado encebollado. Nuevamente, es muy similar a la nuestra, aunque por supuesto, se usa hígado de ternera gallega, también lleva pimentón, y se suele dejar cociendo toda la mezcla en vino blanco.
Cuando uno ya está acostumbrado a la casquería, todas las recetas están buenísimas, pero si no las variantes más más tradicionales puede que te resulten algo más toscas y complicadillas de comer.
Por cierto! Otra forma muy diferente de comer hígado y queda riquísima es al estilo turco!
Preguntas receta hígado encebollado
Aunque en las notas de la propia receta de más arriba ya os hemos dejado algunos trucos y consejos, complementamos respondiendo algunas dudas habituales:
¿Qué hígado es mejor usar?
No hay una única respuesta. Todos son buenos. Si lo que buscas es un sabor no muy fuerte, de más a menos tendríamos: hígado de ternera, hígado de ave, hígado de cerdo y otros (por ejemplo de caballo).
¿Cómo quitar el sabor fuerte al hígado?
Existen varias formas. La mejor como te comentábamos en la receta es dejarlo un par de horas sumergido en leche. Esto lo hará más suave al paladar.
¿Cuándo y cómo salar el hígado?
Justo antes de echar en la sartén el hígado es el momento de salarlo. Ojo con no salarlo y dejarlo mucho tiempo reposando que se pondrá duro. También le puedes añadir pimienta, le da un punto muy interesante.
¿Cómo saber si el hígado está en buen estado?
Cuando un hígado está en mal estado se nota a la legua. Tiene una pinta tirando a negruzca y huele mal. Un hígado perfecto tiene un color rosadito uniforme y está terso.
¿Se puede conservar el hígado?
Sí, aunque cuanto más fresco mejor. No dejar más de dos días en la nevera.
¿Por qué los nutricionistas recomiendan tanto el hígado?
Básicamente porque aporta gran cantidad de vitaminas y mineras, especialmente hierro.
Hígado Encebollado, conclusiones
Aunque las recetas de casquería en general, y de hígado en particular, no son precisamente las más populares entre la mayoría de la gente hoy en día, de un tiempo a esta parte están volviendo con fuerza.
Tiene todo el sentido, por varias razones. La primera es que son productos muy nutritivos y sanos. La segunda, también muy económicos. Y la tercera, porque bien preparados, o en determinadas recetas como la propuesta, la casquería es fácil de comer para casi cualquier paladar.
Además también hay que agradecer a la alta cocina el impulso que en los últimos años le están dando a los platos a base de hígado y otros productos similares, y también a los nutricionistas, quienes últimamente es habitual que los prescriban.
Así que os animamos a todos a quitaros prejuicios y hacer esta receta fácil, rica, rápida y económica de hígado, y nos contéis que tal en los comentarios. Estamos seguros de que sorprenderéis a más de uno!