De una de las cosas que más orgullosos estamos en el restaurante es sin ninguna duda de poder hacer disfrutar al cien por cien a aquellos que nos visitan. Conseguirlo no es fácil, el esfuerzo requerido para lograrlo es máximo, pero se ve completamente recompensado porque los clientes devuelven lo que se les da haciéndonos disfrutar mucho.
Esa «recompensa» que nos regalan en forma de sensaciones queda plasmada justamente en la imagen que veis. En ella nos encontramos disfrutando de un rico vino francés que momentos antes dos peregrinas de dicho país que comieron en nuestro sitio decidieron regalarnos por sorpresa en agradecimiento «por la comida, ambiente y estupendo trato».
Solo nos queda agradecerles el obsequio, más que por él en sí por lo que significa y nos provocó. Os emplazamos a ver alguna foto más del momento degustación en nuestro Facebook las cuales tiró Javier, otro de nuestros clientes que se ha convertido en amigo.